COLUMNA DE OPINION: POR QUÉ JOHANNES KAISER DEBE SER EL PRÓXIMO PRESIDENTE DE CHILE
- diario maule
- 21 jun
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principio rector de un nuevo contrato político y social. Orden en las calles, orden en la
economía, orden en el Estado. Lo que está en juego hoy no es una elección más: es el
alma misma de nuestra Nación.
Johannes Kaiser representa, en este escenario, la única candidatura con la convicción, el
carácter y el proyecto necesario para recuperar Chile. No se trata de simpatías ni de
marketing, sino de hechos. Johannes Kaiser ha mostrado, desde su primer día, una coherencia
difícil de encontrar en la política chilena. Lo ha dicho todo desde el principio, cuando no era
popular hacerlo. Y ha sostenido cada palabra con propuestas, equipos y voluntad.
Chile está sitiado. Sitiado por el crimen, por la corrupción institucional, por una economía
estancada, por el miedo. En los barrios ya no se vive, se sobrevive. Las familias sienten que el
Estado se ha retirado. La política no ha dado respuestas reales. En este contexto, la
seguridad no es una consigna: es la condición básica para que exista patria.
Johannes Kaiser lo entiende con claridad. Su propuesta es nítida: cerrar las fronteras a la
delincuencia transnacional, expulsar a los extranjeros con prontuario, reforzar a Carabineros
y Gendarmería, devolver la capacidad operativa a las Fuerzas Armadas y establecer un
marco legal que proteja la autodefensa ciudadana. En sus palabras: “si el Estado no llega, el
ciudadano tiene derecho a defender su vida, su familia y su propiedad”. No hay equilibrios
falsos aquí. Hay una línea trazada entre la ley y el crimen. Y Johannes Kaiser está del lado
correcto.
Pero no basta con orden sin prosperidad. Por eso su programa económico, construido con el
respaldo técnico de Víctor Espinosa y un equipo de economistas serios, apunta a liberar el
potencial productivo de Chile. Menos impuestos, menos burocracia, más inversión, más
libertad. Bajar el impuesto corporativo, reducir el tamaño del Estado, abrir los mercados,
eliminar trabas regulatorias, sanear las cuentas fiscales. El objetivo es claro: que el trabajo
vuelva a valer, que el esfuerzo se recompense, que el país crezca no por subsidios, sino por
mérito.
Johannes Kaiser no cree en el estatismo que asfixia, ni en el progresismo que divide. Su
modelo es otro: el de un Estado que cumple funciones esenciales y deja espacio a las
personas para que construyan su destino. Seguridad, justicia, defensa, infraestructura. Todo
lo demás: fuera del aparato estatal. Porque un Estado que lo quiere hacer todo, termina
haciéndolo todo mal.
Por eso este proyecto no es conservador ni liberal clásico. Es Nacional Libertario. Nación
como comunidad real de destino, Libertad como condición para que esa comunidad
exista sin servidumbre. Johannes Kaiser encarna esa síntesis, y por eso su candidatura no es
un fenómeno pasajero: es la expresión de un cambio de época.
Chile no puede esperar cinco o diez años más para reaccionar. O avanzamos ahora, o nos
convertimos definitivamente en un territorio sin ley y sin proyecto. Esta elección es la última
frontera. Y quien mejor lo ha entendido, quien lo ha dicho antes que todos, quien lo sostiene
con claridad, sin rodeos y sin miedo, es Johannes Kaiser.
Por eso debe ser Presidente de Chile
Káiser debe ser el candidato, que tiene más claro, " LA CAUSA Y EL EFECTO", por lo que no necesita hacer demagogia para dar a conocer su programa, aquí viene lo práctico, Káiser solo desea; beneficiar a los chilenos.